Hoy es 4 de agosto, un día que desde hace diez años nos pasa por la piel con dolor y tristeza. Ese día el cáncer ganó y el cuerpo de mi padre dejó de funcionar. Dejó de respirar y se fue. La vida ha seguido, como tenía que ser, y creo que él estaría orgulloso de vernos. Hoy queremos recordarlo y mi hermana y yo haremos una web con fotos y comentarios sobre él. Sobre ese hombre que fue primero mi super héroe (cuando iba al colegio a decirle a mis profesoras que me cuidaran mucho, que era hipersensible, o cuando me rescataba de esa cárcel o se levantaba a las seis de la mañana a explicarme matemáticas); luego el villano machista con quien discutir (“a las 11 en casa, ¿por qué?”); y finalmente, el ser humano que fue víctima de una sociedad machista que le impidió ser él mismo. No, nunca dejas de echar de menos a alguien que te ha querido tanto, que te ha ayudado a ser la persona que eres. Pero siento que él vive en mí, que ve a través de mis ojos. Cuando miro mis manos a veces me sobresalto porque se parecen tanto a las suyas (con menos pelo, eso sí) y la tristeza hace amagos de aparecer. Pero no, lo importante es que siento su energía y su fe en mí cada día. Y me llena de ilusión y alegría por seguir viviendo, amando,… ser mejor persona.
Te quiero, viejo.
Responder