Pues sí, no pudo ser. Parecía que sí, se dominó primero, se aguantó después, pero al final, se vino abajo el equipo español femenino de basket. Habrá que estudiar con calma qué pasó, en qué se falló. Está claro que las rusas son las rusas, muy buenas, pero hubo muchos rebotes que de modo injustificable perdieron las españolas. Imperdonables. Creo que fallaron al final, en el último cuarto, tres cosas: concentración, trabajo en equipo y reacción por parte del entrenador. No soy una experta, ni pretendo dar lecciones. Pero si las chicas que tienes en la cancha, por muy grandes que sean, no reaccionan, tira de banquillo, ¿no?
Me da rabia porque las españolas pueden mucho más, pero quizás hace falta más tiempo. No obstante, vamos por buen camino y eso es lo importante. Cada día tenemos más jugadoras buenas y el baloncesto femenino español, a pesar de no tener el apoyo que se merece, sigue demostrando su calidad.
A seguir peleando y sobre todo, a apoyar a muerte a estas mujeres que son muy grandes y que por lo menos, a mí, me hacen disfrutar muchísimo. Aunque en días como hoy, nos hagan sufrir también. ¡Así es la vida!
En octubre empieza la liga y aunque no podré ver todos los partidos del Ros, estoy muy emocionada al tener a Amaya, Laia, Elisa y Anna juntas aquí.
Gracias, chicas, por estar ahí y a seguir creciendo.
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